No salgo de casa nunca sin meterme esto. Mi desayuno es siempre el mismo, sólo varía según la fruta de temporada. Ahora estoy con los últimos homenajes al melocotón de calanda: la frutera ya ha avisado de que no vienen más y parece que esta vez va en serio. Así que ya tengo los primeros kakis madurando en el armario. Y no nos podemos quejar este año, ¡todavía tengo un melón cojonudo en la nevera!
La base del desayuno, entonces, es una fruta de temporada, en este caso un melocotón de calanda troceado. Como son enormes, necesito más una ensaladera que un bol de desayuno. A esto le añado un yogur natural, muesli y otros cereales variados (palitos y copos integrales, avena...), un par de nueces, y ahora también avellanas porque hemos tenido cosecha reciente en el pueblo. También le echo una galleta, de capricho. Y para que no se haga un engrudo lo remojo con leche.
La base del desayuno, entonces, es una fruta de temporada, en este caso un melocotón de calanda troceado. Como son enormes, necesito más una ensaladera que un bol de desayuno. A esto le añado un yogur natural, muesli y otros cereales variados (palitos y copos integrales, avena...), un par de nueces, y ahora también avellanas porque hemos tenido cosecha reciente en el pueblo. También le echo una galleta, de capricho. Y para que no se haga un engrudo lo remojo con leche.
Y sí, me levanto media hora antes y merece la pena, porque es la comida del día que más disfruto y que más rica me sabe.
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