viernes, 31 de mayo de 2013

En la última consulta hablé con la psicóloga sobre mis círculos y cómo la fastidio siempre cuando mejor parece que estoy, que hasta he perdido 200 gramos y qué entusiasmo y tal y tal. Cuando empecé a escribir este blog estaba en la fase mágica del tratamiento: había perdido 5 kilitos (que me sobraban), llevaba meses sin vomitar ni atracarme, me veía estupenda y me sentía como si nunca hubiera estado en el lado oscuro.

Ya hace más de un año que me quitaron el Topamax y que volvieron los apetitos. Ha sido difícil ver cómo recuperaba el peso que tenía antes de empezar el tratamiento, ver que la ropa nueva ya no me valía, tener que bajar la vieja del camarote. En todo este tiempo no he renunciado a intentar conservar el "peso Topamax". Me decía a mí misma que basta con seguir comiendo las "raciones Topamax", o sea, comer de todo a menudo y en pequeñas cantidades. Muy sano y efectivo. Pero mis ganas de comer y mis compulsiones otra vez formaban parte de la pelea. Y la pelea se ha traducido en esos círculos en que me empeño en meterme para estar más sana y delgada, y que cuando lo hago muy bien, cuando mejor lo estoy haciendo, llega la intolerancia al fracaso (a haber comido un poquito de más) y el vómito o el alamierda completo.

Así que he empezado una pelea nueva, a ver si buscando una zona ni muy alta ni muy baja, consigo mantenerme en ella y sentirme preparada para el adiós definitivo al vómito. Todos los días como normal tirando a ligero, pero todos los días me como un trozo de pan a deshoras (mi pelea con el pan, qué obsesión) o una galleta, o las dos cosas. No me caliento la cabeza con la idea de no comer nada de más en todo el día, para ponerme feliz y animosa y que me dure unas horas y luego cagarla. No estoy feliz ni animosa, me veo gorda, y lo compenso haciendo más deporte que habitualmente.

En estas dos semanas de no-círculos, de ir un poco demasiado pegada al suelo pero al menos estable, me felicito por dos cosas: esta mañana peso un kilo menos que hace dos semanas (superfundamental, ya sabemos que antes muerta que gorda etc.). Y en serio, hoy que ha sido un día propicio para atracarme, no lo he hecho. Tenía todos los boletos (estar sola, tener un montón de cosas ricas a mano y a la vez, ganas locas de probarlas todas) y no he caído. Creo que confirma mi teoría de que no me conviene que se me suba mucho el pavo para no caerme de muy arriba. De momento llevo el contador a 0 tropezones desde la última consulta. A ver si llegamos así a la siguiente.

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