lunes, 22 de octubre de 2012

pecar con la mano izquierda

En mi última sesión prometí a mi psicóloga que iba a hacer un experimento: que todo lo que fuera pecado lo haría con la mano izquierda.

En realidad se trata de un pacto que consiste en que todas las ingestas de comida que no fueran dentro de las cinco comidas diarias programadas, que estén fuera de lo que según mi propio criterio sea correcto, las realice sólo con la izquierda. Es decir para los picoteos que me fastidia haber picado, los atracones que me pesan, incluso si me provoco un vómito para aligerarme, para cualquier cosa de las que luego me hacen darme cabezazos con la pared por estúpida, incluso para limpiar si la lío, sólo puedo usar la mano izquierda.

Llevo unos días ejemplares en mi conducta alimentaria. La izquierda es incómoda y te hace ser consciente de lo que está haciendo, y he prometido no hacerlo de otra forma. Bueno, en realidad ya le he cogido el truco a la barra de pan (es fácil, la pillas con la izquierda y la muerdes sin más, qué bobada) pero ahora mismo me ha librado de un pinchazo seguro que probablemente estaría limpiando en vez de sentarme a escribir esto. Después de morder un pan seco un ratito me he imaginado a mí misma sacando cosas de la nevera o del armario con la izquierda, metiéndome en la boca los dedos de la mano izquierda y limpiando, y la verdad, me ha dado mucha pero mucha pereza.

Así que como el pan ya me lo he comido, me voy a patinar que llego tarde. Vamos que cambio de chip y a otra cosa. Mañana igual tengo una lorcilla más por el panazo que me he metido pero tendré una victoria en el expediente.


sábado, 6 de octubre de 2012

de la huerta al wok

Hoy tengo la nevera llena de regalos de la huerta y me he preparado una cena espectacular y de lo más simple. Lo más fácil es hacerlo en un wok, pero sirve cualquier cazuela grande que no se pegue.

Tenemos un puñado de vainas, una cebolla, una berenjena pequeña, medio calabacín que me sobró de un puré, unos champiñones y un pimiento verde. Si tienes alguna verdura más, son bienvenidas todas.

Simplemente cogemos todas las verduras en crudo y bien limpias, las cortamos en trocitos y las echamos al wok con un chorrito de aceite (muy poco) y un poco de sal. Las vamos meneando hasta que se pochan, según nuestro gusto. A mí me gustan no demasiado hechas, que estén un poco tiesas. Se remata con un chorro de salsa de soja, se da un par de vueltas más, y listo. Al plato.